Este cúmulo de desventuras hicieron enfermar a Sergio Pitol de malaria, lo que le obligó a permanecer en la cama desde los 6 hasta los 12 años. Junto con su hermano, vivió todos estos años al cuidado de su abuela y sus tías. Su salud se resentiría de este periodo de enfermedad. Fue en esta época donde nació su pasión por la lectura. Autores como Dostoievski, Tolstoi, Gogol o Faulkner le acompañaron y le ayudaron a sobrellevar el ambiente en el que vivía, repleto de lamentaciones.
Tras su convalevencia, su mayor deseo era viajar y escapar de su vida anterior. Ttras cursar estudios en la Universidad de México D.F., donde se licenció en Derecho y Filosofía, inició una brillante carrera como diplomático. Fue agregado y consejero cultural en Belgrado, Varsovia, Roma, Pekín, París, Budapest, Moscú y Barcelona. En esta última ciudad permaneció desde 1969 hasta 1972, contactando con el mundo literario: trabajó para editoriales tan importantes como Seix Barral, Tusquets y Anagrama. Como él mismo confiesa "Soltar amarras, enfrentarme sin temor al amplio mundo y quemar mis naves fueron operaciones que en sucesivas ocasiones modificaron mi vida y, por ende, mi labor literaria. En esos años de errancia se conformó el cuerpo de mi obra". Posteriormente, fue embajador en Praga, para después establecerse definitivamente en su México natal, en la ciudad de Xalapa, donde vive desde 1993, impartiendo clases en su Universidad.
Aunque comenzó a escribir a los 23 años influido por el norteamericano William Faulkner, no publicaría su primera obra hasta 1959, un volumen de relatos. Como buen diplomático, habla a la perfección varios idiomas. Sus conocimientos de polaco, italiano, ruso e inglés le llevaron a destacar en el campo de las traducciones, de las que ha realizado más de un centenar. Entre todas ellas destacan las de escritores como Henry James, Jane Austen, Vladimir Nabokov, Giorgio Bassani o Chejov.
Desde los años 70 ha cosechado diversos galardones, destacando el Premio Nacional de Novela de México, que se le concedió en 1973, el Premio Nacional de Literatura de México y el Premio Herralde de Novela, concedido por la editorial Anagrama y que ganó en 1985 por "El desfile del amor".
La escritura de Sergio Pitol se caracteriza por su influencia del arte cinematográfico, del que emplea la técnica del montaje para realizar sus descripciones, lo que dota a sus narraciones de una enorme agilidad. Abundan además en sus textos las connotaciones autobiográficas, las reflexiones sobre las artes más diversas, las referencias a la actualidad y las impresiones de los lugares que ha visitado.
Se considera socialista, democrático y agnóstico, aunque considera su forma de pensar como cercana a la religión budista. En sus entrevistas suele arremeter contra la literatura "light", término que emplea para referirse a aquellos autores que aparecen frecuentemente en las listas de los libros más vendidos, lo que no le parece mal, molestándole que luego pretendan emparentarse con maestros como Joyce.
Alejado de la carrera diplomática, vive tranquilo en su hogar mexicano acompañado solamente de sus perros, pues a pesar de todas las personas que ha conocido en sus viajes nunca ha contraído matrimonio. Últimamente padece diversos problemas de salud que le han llevado a confesar que se encuentra "casi sordo, lento de mente, y difícil de palabra".
Obra
- No hay tal lugar (1967) |