Leyendas y tradiciones
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Siendo emperador Diocleciano dio éste la orden de perseguir en todo el Imperio a todos aquéllos que profesaran la fe en Cristo. A finales del siglo III d. J.C. ya había cristianos en la ciudad de Complutum, por lo que el gobernador Daciano, cumpliendo las órdenes de su emperador, mandó a sus soldados para que anunciaran por las calles de la ciudad que todo aquél que no renunciase al cristianismo sería condenado a muerte.