En los comienzos del siglo, durante la Guerra de Sucesión, Alcalá tomará partido por el pretendiente borbónico y, aunque es ocupada de forma transitoria por el Archiduque Carlos, verá la triunfal entrada en la ciudad, en 1771, del rey Felipe V. Éste y su familia pernoctarán aquí en su viaje de Aragón a Aranjuez. Cuatro años después, el rey volverá a Alcalá a pasar su luna de miel con su nueva esposa, Isabel de Farnesio.